A menudo somos más amigables con otras personas que con nosotros mismos. Una dosis saludable de autocompasión podría ayudar a los pacientes con dolor crónico a aceptar mejor su condición e incluso a reducir los síntomas.
Las personas que tienen compasión de si mismas, no solo hacia los demás, tienen menos probabilidades de sufrir de dolor crónico. Esto lo indica un estudio publicado por un equipo liderado por Sérgio A. Carvalho de la Universidad de Coimbra, Portugal, en el Journal of Clinical Psychology.
Los científicos investigaron qué es lo que influye en la aceptación del dolor de los pacientes. Sufrir mucho tiempo de algún dolor que no puede aliviar la medicación ni otras terapias, a menudo puede hacernos sentir frustrados. Pero puede ayudarnos el hecho de cambiar el punto de vista: en lugar de combatir el dolor y desesperarnos, puede ser útil aceptarlo como parte de la experiencia para buscar formas de perseguir diferentes actividades de todos modos. Cualquier persona que tenga éxito en esto está mejor protegida contra un trastorno mental como la depresión.
No se trata de pretender que no padecemos dolor ni dejar de buscar ayuda profesional, al contrario, se trata de trabajar en nuestro enfoque para sobrellevar el dolor crónico sin culparnos, y estar más fuertes para encontrar mejores soluciones.
Para descubrir qué motiva el proceso de autocompasión o perdón de uno mismo, Carvalho y sus colegas entrevistaron a más de 200 pacientes con dolor, a la mayoría de los cuales se les había diagnosticado fibromialgia. No es sorprendente que descubrieran que los sujetos que eran más activos a pesar del dolor, mostraban menos signos de depresión y reportaban un dolor menos intenso.
Esta relación aparentemente estaba relacionada con el grado de autocompasión que sentían los participantes: quienes eran amables con ellos mismos eran más activos y se encontraban menos deprimidos, independientemente de la intensidad del dolor
La autocompasión es entendida por los científicos como la capacidad de ser tan comprensivo y amigable con los errores y fallas como lo harían en el caso de un buen amigo. Aquellos que están de acuerdo con afirmaciones como “Estoy tratando de ver mis errores como parte de la naturaleza humana” muestran más autocompasión que alguien que se culpa a sí mismo por lo desagradable o piensa con mal humor que todos los demás son menos infelices.
Los estudios demuestran que las personas que pueden perdonarse a sí mismas están mejor preparadas para afrontar el estrés y la tensión. Carvalho y sus colegas, por lo tanto, creen que puede ser beneficioso alentar a los pacientes con dolor, en particular, a ser más compasivos.
Fuente del artículo: https://www.menteasombrosa.com/psicologia/
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